martes, 17 de mayo de 2011

En busca del voto de los Mayores

Se acercan las elecciones y no hay ayuntamiento, comunidad autónoma o partido político que no se apunte al carro de las promesas. Todos saben que los mayores van ganando terreno, y el consabido envejecimiento de la población hace que, justo antes de que los ciudadanos decidamos qué vamos a hacer con nuestro voto, todos se acuerden de un segmento de la población que supone un jugoso trocito de la tarta que los políticos van a disputarse.
Nuevas residencias, parques, propuestas culturales, centros de día, ludotecas, programas de empleo, investigación… todo es poco para intentar atraer a los mayores.
Veremos cuánto presupuesto dedican realmente a estas partidas, sumamente necesarias, una vez que los elegidos vuelvan a acomodarse en sus sillones, y la cruda realidad de la crisis económica caiga como un frío manto sobre sus promesas electorales.
Ya me lo contaréis…

viernes, 1 de abril de 2011

¡Quiero hablar con una operadora!

Siguiendo el carro de las nuevas tecnologías, cada vez más empresas y organismos públicos han incorporado sistemas telefónicos automáticos para, en teoría, facilitar a los ciudadanos la tramitación de sus gestiones.
Así, para cualquier necesidad de contactar con una entidad, inevitablemente nos encontramos que, tras marcar un teléfono que comienza por 902 (que ya te molesta bastante si tienes contratada una tarifa plana…), escuchas al otro lado del auricular una aséptica voz que te indica lo que debes hacer si quieres realizar una de las muchas opciones que te ofrecen. Y ahí empieza el problema… Después de una locución larga (pero larga de verdad) te puedes encontrar con que:
a)      Te ofrecen tantas opciones, que cuando escuchas la última ya no recuerdas la primera.
b)      No te ofrecen la opción que necesitas, pero tampoco la de poder hablar con la operadora.
c)       Te someten a un interrogatorio parecido a un tercer grado en el que, inevitablemente, en algún momento, te solicitan un dato que no tienes a mano… Cuelga, busca y vuelve a marcar (un 902, claro…)
d)      Te preguntan sobre qué quieres hablar… pero no te entienden…
En este mundo que rueda y rueda hacia avances tecnológicos hasta hace poco insospechados, es importante que se abran nuevas vías para facilitar la comunicación: Internet, telefonía, etc, pero no debemos olvidar que lo importante, en definitiva, es poder comunicarse.
Colectivos como el de los mayores, tienen serias dificultades para poder realizar gestiones a través de medios automáticos. Pedir cita al médico o renovar el DNI, puede convertirse en un problema. Seguramente, en pocos años, también ellos estarán totalmente integrados con las nuevas tecnologías pero mientras tanto, por favor… ¡quiero hablar con una operadora!

martes, 15 de marzo de 2011

Hermanos del Sol Naciente

Viendo pasar la tragedia del pueblo nipón delante de mis ojos, en planos frenéticos que se mueven en la pantalla del televisor, siento un nudo en la garganta al comprobar cómo golpea la furia de la naturaleza al ser humano cuando le viene en gana.
Periodistas y expertos nos cuentan en tiempo real  lo que sucede en la otra punta del mundo, con la rapidez que ofrecen las nuevas tecnologías, y me sobrecojo al ver los videos caseros que tantas personas han colgado en la red.
Un país preparado para hacer frente a los terremotos… pero que ha sido azotado de forma brutal por una naturaleza a la que no le importan nuestros avances tecnológicos.
Mientras los medios comentan la frialdad y la calma con que los japoneses asumen la tragedia, yo veo la inmensa tristeza de sus ojos  y el miedo que atenaza  sus rostros.
Estoy segura que Japón superará todas estas circunstancias adversas.  Mi más fuerte abrazo, hermanos del sol naciente…

martes, 22 de febrero de 2011

¿Churro, media manga o manga entera?

Mientras comía con mi familia en un restaurante el pasado fin de semana, no pude menos que observar a los ocupantes de una mesa cercana. Dos jóvenes parejas  comían con cuatro de sus retoños, dos niños y dos niñas que se afanaban cada uno con sus  maquinitas haciendo caso omiso de las quejas de sus progenitores para que acabaran su comida. Llegaron los postres y comenzó la sobremesa, con animada charla de los padres y concentrado aporreo digital de los chavales en sus respectivas Nintendo.
Lo que me sorprendió no es que a los niños les gustase jugar con sus consolas; de hecho yo tengo una con la que paso ratos muy divertidos y soy una fanática de todo lo que tenga que ver con las nuevas tecnologías.  Pero sí me hizo recordar lo poco que yo habría aguantado sentada en una mesa esperando a que los “mayores” terminaran de comer. Yo habría estado deseando salir a correr al estupendo parque infantil con que contaba el restaurante, y más cuando tenía a mi lado tres niños de mi edad…
Y recordando, recordando, vinieron a mi mente aquellos juegos con los que disfrutábamos en nuestra niñez….  Algunos brutos de verdad, como el burro, en el que no sé cómo no nos partíamos la espalda, o el látigo, en el que podías salir despedido y darte de “morros” con la pared más cercana, o el clavo, con el que siempre corrías el riesgo de atravesarte el pie…
Otros atemporales, como el escondite (“ronda, ronda, el que no se haya escondido que se esconda…”) o  su variante inglesa (“un, dos, tres, al escondite inglés, sin mover las manos ni los pies”).
Los había competitivos, como el pañuelo, o el rescate. Otros tan simples que no entiendo cómo podíamos pasarnos horas jugando: la zapatilla por detrás, el pase misí
Recuerdo todavía las rodillas y manos renegridas después de una buena carrera de chapas, y el tintineo de las canicas en mis bolsillos. La cantidad de tiempo que pasábamos cambiando cromos (“nole, sile…”) o jugando con recortables.
Los primeros besos robados en el juego de las prendas, y los ratos muertos en el coche con el veo, veo (“¿qué ves?”).
Una pelota era diversión asegurada para toda la tarde –siempre que el dueño no se enfadara y se la llevara a casa-, y podíamos pasar horas y horas brincando con una comba o una goma, o empujando una piedra con el pie a la pata coja en una rayuela dibujada con tiza en el suelo.
…y me dan ganas de salir al parque infantil del restaurante y gritar “¿Churro, media manga o manga entera?”.

lunes, 14 de febrero de 2011

San Valentín: el día de los enamorados

Para muchos no se trata más que de una llamada al consumo y un invento de los centros comerciales, pero… ¿por qué no sacar partido a lo que es inevitable? ¿qué mejor excusa para sacar nuestra vena más romántica?
La rutina diaria, los problemas, el estrés, los hijos, el trabajo… hace complicado a veces que nos paremos a pensar en nuestra vida en pareja. Tal vez hoy nos sea más fácil esbozar la mejor de nuestras sonrisas y ofrecer un “TE QUIERO” como el mejor de los regalos.
Aunque en el fondo (lo siento, me puede el consumo) a nadie le amarga un dulce… o una cajita de bombones.

jueves, 10 de febrero de 2011

Bienvenidos

¡Bienvenidos al blog de PeinandoCanas.com!
Un año después de comenzar esta aventura, queremos abrir una puerta más para poder comunicarnos con vosotros, esperando que sea otro medio donde compartir experiencias, ilusiones, preocupaciones, proyectos… y todo lo que queráis contarnos.
PeinandoCanas.com nació con el objetivo de facilitaros toda la información posible sobre aquellos temas que puedan ser de vuestro interés: salud, hogar, actualidad, cine, aficiones, concursos, recursos asistenciales… y vuestra acogida ha sido mucho mejor de lo que esperábamos.
Desde aquí os damos las gracias por seguir fieles a nuestro portal y esperamos poder seguir correspondiendo al cariño que nos habéis demostrado con muchas más ideas y propuestas.